agosto 17, 2009

Encuentros


Allí, inmediatamente, bajo fronteras absurdas;
bajo vagos delirios silentes, te arrastro desconocida.
Te halo irrevocable; enclavo tu cintura almendra
a idilios lóbregos inminentes: te ciño nítida.

Allí, eres la cabal Eneida. Mi silueta de Cartago.
La violenta retrospectiva que apacible al Sol
desvanece consumada un augurio inédito.

Allí, una figura inocua, efímera y transparente;
una roca espontánea al borde de lo interminable.

Aquí, una estampa tersa; un enigma; un aún.



emil santos
Utrecht, 2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

"entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris".

MOB