enero 15, 2012

Despierta

Despierta. Mar y cordillera quedaron atrás; volutas inmóviles desmoronan el recuerdo de Santiago. Su luz. Sus plumas. Sus viejas intermitencias. Oculto queda ya el pensamiento perturbado. Interior; en lugar desconocido [en todo caso]. Solemne; en arena fluyendo [en todo caso]. Despierta. No más cigarrillos de cambio, ni estados civiles de comuna. No más orquídeas ni bitácoras intercontinentales. Ahora sólo lo usual. Simplemente lo cotidiano. Ahora, brisas de Brandemburgo [las que quedan]. Frios de carbón y chimenea [los que quedan]. Despierta. Las hojas abiertas. El día encima y la realidad interpuesta. El Atlas queda atrás. El tiempo arropado en el diván rezagado e inerte. La primera taza a la vuelta de la esquina. La ventana sola [y nada de método]. La habitación desordenada [y nada de método]. Despierta.

emil santos
Berlín, 2012

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